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jueves, 30 de enero de 2014

30 DE ENERO: DÍA DE LA PAZ





30 de enero. Día Mundial de la Paz

El día 30 de Enero se conmemora la muerte del líder nacional y espiritual de la India, Mahatma Gandhi. El 30 de Enero de 1948 fue asesinado a tiros por un fanático hinduista.




La Cultura de Paz, definida inicialmente en 1989 en el Congreso Internacional de Yamoussoukro y adoptada como Programa de la UNESCO en 1995, pronto se convierte en un movimiento mundial con la implicación directa de amplios sectores de la sociedad en todos los continentes lo que motivó que Naciones Unidas proclamara el año 2000 como Año Internacional de la Cultura de la Paz, y decidiera la proclamación del Decenio Internacional de la promoción de una Cultura de Paz y No violencia en beneficio de los niños y niñas del mundo.
El “Manifiesto 2000” redactado por un grupo de premios Nóbel, en el que invitaron a todo el mundo a su firma comprometiéndose a respetarlos en la vida diaria, contiene resumidos, en un lenguaje sencillo, los seis principios clave que definen y determinan la Cultura de Paz:


�� Respetar la vida.
�� Rechazar la violencia.
�� Compartir con los demás.
�� Escuchar para entender.
�� Conservar el Planeta.
�� Redescubrir la Solidaridad








Textos o frases relacionados con la paz:

"Creo que la salvación de la Humanidad
se halla en los principios de la No-violencia".
(XIV Dalai Lama)

"La violencia crea más problemas sociales de los que resuelve y,
por tanto, no conduce nunca a una paz permanente".
(Martin Luther King)

“No hay caminos para la paz;
La paz es el camino”.
(M. Gandhi)


"La paz empieza justamente donde termina la ambición"
(Edward Jong)

Sólo tres letras
Solo tres letras, tres letras nada más,
solo tres letras que para siempre aprenderás.
Sólo tres letras para escribir PAZ.
La P, la A, y la Z, sólo tres letras.
Sólo tres letras, tres letras nada más,
para cantar PAZ, para hacer PAZ.
La P de pueblo, la A de amar
y la zeta de zafiro o de zagal.
(De zafiro por un mundo azul,
de zagal por un niño como tú).
(Gloria Fuertes)







La paz comienza en uno/a mismo, en la clase, en casa, en la ciudad, en el país, en el mundo. 

    Cada persona puede contribuir a la paz desde sí misma.
    El diálogo y el respeto entre la gente tienen que ver con la paz.
Respetar las costumbres y modo de vida de poblaciones distintas a la propia tiene que ver con la paz.


Los conflictos son inherentes a la vida, pero pueden ser resueltos: 
  • Positivamente con (el diálogo)
  • O negativamente con (la violencia).

Depende de ti.





CUENTOS PARA LA PAZ



 Dos lobos


- Un anciano Cherokee enseñaba a su nieto acerca de la vida. "Una pelea pasa dentro de mí", le dijo al chico.

-"Es una pelea terrible y es entre dos lobos. Uno es malo - el es la ira, la envidia, la pena, la avaricia, la arrogancia, la autocompasión, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad, y el ego".

- Continuó, "El otro es bueno - el es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la bondad, la benevolencia, la empatía, la generosidad, la verdad, la compasión, y la fe. La misma pelea pasa dentro de ti - y dentro de cada persona, también".

-El nieto pensó acerca de ello por un momento y entonces preguntó a su abuelo, "¿Cuál lobo ganará?".

- El anciano Cherokee simplemente contestó:

- "El que tú alimentes".
                                                                                              Leyenda Cherokee



CUESTIONES:


  • ¿Cuál es el tema del cuento? 
  •  Haz un resumen del texto de tres líneas. 
  •  ¿Crees que todos/as llevamos dentro esos dos lobos? 
  •  Termina el cuento con dos finales:

                1.      En el que el protagonista  alimentara al lobo malo.
                2.      Otro, en el que alimentara al lobo bueno.


  • Vocabulario: 
1.       Busca en el diccionario: empatía.
2.      ¿Qué otras palabras conoces de su misma raíz? (familia léxica) –simpatía, antipatía, apatía, empatía, patético, pasión, compasión, apasionado/a, autocompasión…- 
3.      ¿Qué significa: ira, envidia, avaricia?
4.      ¿Significado de: benevolencia, generosidad, humildad?





  EL CUENTO DE LAS PELUSAS CALIENTES.


STEINER, Claude

" LIBRETOS EN QUE PARTICIPAMOS "
Ed. Diana - México 1980


Había una vez, hace mucho tiempo, dos personas muy felices que se llamaban Tim y Maggie, las cuales tenían dos hijos llamados John y Lucy. Para poder comprender lo felices que eran, habrá que entender cómo eran las cosas en aquel entonces. Hay que saber que por aquellos días se les regalaba a todos inmediatamente que nacían una Bolsa de Pelusas, pequeña y suave. Siempre que una persona metía mano en su bolsa para buscar, sacaba de ahí una Pelusa Caliente muy abrigadora. Había, pues, mucha demanda de Pelusas Calientes, porque siempre que alguien recibía una Pelusa Caliente, eso le hacía sentirse muy contento y abrigado. La gente que no recibía Pelusas Calientes con regularidd estaba en peligro de contraer una enfermedad en la espalda, que le hacía encogerse y morir.
En aquellos días era muy fácil conseguir Pelusas Calientes. Cada vez que alguien tenía ganas de una, iba a tu encuentro y te decía: "Me gustaría recibir una Pelusa Caliente". Entonces uno metía la mano en su bolsa y sacaba una Pelusa, del tamaño de la mano pequeña de una niña. Tan luego como la Pelusa salía a la luz del día, se iluminaba con una sonrisa y florecía transformándose en una Pelusa Caliente, amplia y abrigadora. Entonces tú colocabas una encima del hombro, o de la cabeza, o sobre las piernas de la persona, y la Pelusa se le acomodaba perfectamente, deshaciéndose contra su piel y haciéndole sentirse lleno de contento. La gente siempre se estaba pidiendo mutuamente Pelusas Calientes; y puesto que siempre se daban gratis, no era ningún problema tener siempre bastantes consigo. Había suficientes para todos, y por consiguiente cada uno se sentía feliz y estaba muy cómodo y abrigado la mayor parte del tiempo.
Cierto día, una bruja mala se puso muy enojada, porque todo el mundo estaba tan feliz que nadie se ocupaba de comprar brebajes y emplastos. La bruja era muy lista e ideó un plan perverso. Una hermosa mañana, la bruja se acercó cautelosamente hasta Tim, mientras Maggie jugaba con su hija, y le murmuró al oído: "Tim, mira nada más la cantidad de Pelusas que Maggie le está dando a Lucy. ¿Sabes?, si lo sigue haciendo así, va a acabar por quedarse sin ninguna ¡y no quedará una sola para ti!".
Tim quedó estupefacto. Volviéndose a la bruja preguntó: "¿Quieres decir que no siempre habremos de encontrar una Pelusa Caliente cuando la busquemos en nuestra bolsa?" A lo que la bruja respondió: "No, desde luego que no; y cuando las Pelusas se terminen, ya no podrás tener más". Y diciendo esto, se fue volando, montada sobre su escoba, riéndose y cacareando por el camino.
Tim tomó la cosa muy a pecho y comenzó a fijarse cada vez que Maggie le regalaba una Pelusa Caliente a alguien. Acabó por sentirse muy preocupado y disgustado, porque le agradaban mucho las Pelusas Calientes de Maggie y no quería renunciar a ellas. Pensaba que ciertamente no era justo que Maggie estuviera desperdiciando todas sus Pelusas Calientes en los niños y en otras personas. Así empezó a quejarse cada vez que veía a Maggie regalar una Pelusa Caliente a alguien; y como Maggie lo quería mucho, dejó de darles 

Pelusas Calientes con tanta frecuencia a las personas, y las reservó sólo para él.

Los niños se fijaron en lo que sucedía y pronto comenzaron a pensar que era malo regalar Pelusas Calientes cada vez que alguien las pedía o tenía ganas. Y también ellos se volvieron  muy cuidadosos en eso. Observaban a sus padres muy de cerca y siempre que les parecía que ellos regalaban demasiadas Pelusas a los demás, también comenzaron a oponerse. Poco a poco se sintieron muy preocupados cuando ellos mismos regalaban demasiadas Pelusas Calientes. Y a pesar de que ciertamente encontraban una Pelusa 
Caliente cada vez que la buscaban en su bolsa, poco a poco dejaron de meter la mano en ella, volviéndose más y más egoistas. Muy pronto la gente empezó a darse cuenta de la escasez de Pelusas Calientes: y comenzó a sentirse menos contenta y abrigada. Empezó a encogerse y, de cuando en cuando, había algunos que se morían por falta de Pelusas Calientes. Así, más y más gente iba en busca de la bruja para comprar brebajes y emplastos, aunque no resultaban efectivos. 


Y sucedió que la situación se iba poniendo muy dificil en verdad. La bruja mala, que contemplaba todo esto, no quería en realidad que la gente se muriera (puesto que los muertos ya no podían comprar sus brebajes y emplastos), por lo que ideó un nuevo plan. A cada uno se le dió una bolsa muy parecida a la Bolsa de Pelusas, salvo que aquella era una bolsa muy fría, mientras que la de Pelusas era caliente y acogedora. Dentro de la bolsa de la bruja había Espinas Frías. Estas no hacían que las personas se sintieran abrigadas y contentas, sino que, por el contrario les hacía sentirse frías y espinosas. Pero si lograban impedir que la espalda se les encogiera. Por lo que de ahí en adelante cada vez que alguien decía: "Yo quiero una Pelusa Caliente", las personas que temían agotar su reserva de 
ellas respondían "No puedo darte una Pelusa Caliente, pero ¿no te gustaría recibir una Espina Fría?" En algunas ocasiones, dos personas se acercaban una a la otra, pensando que iban a recibir una Pelusa Caliente, pero uno u otro cambiaba de parecer y terminaban por darse mutuamente Espinas Frías. Por lo que el resultado fue que, aunque muy pocas personas se morían, sin embargo muchas seguían desdichadas, sintiéndose extremadamente frías y espinosas. 


La situación se complicó muchísimo porque, desde la llegada de la bruja, las Pelusas Calientes eran cada día más escasas; por lo que las que anteriormente eran gratuitas como el aire libre, ahora eran extremadamente raras y de mucho precio. Esta fue la causa de que la gente hiciera toda suerte de cosas para conseguirlas. Antes de que apareciera la bruja, las personas acostumbraban reunirse en grupos de tres, cuatro, o cinco, sin que a nadie le importara demasiado quién le estuviera regalando Pelusas Calientes a quién. Pero a partir de la llegada de la bruja, la gente empezó a dispersarse por parejas y a reservar todas sus Pelusas Calientes exclusivamente el uno para el otro. Las personas que, olvidándose de sí mismas, le regalaban a otro una Pelusa Caliente, inmediatamente se sentían culpables por ello porque sabían que su compañero seguramente resentiría la pérdida de una Pelusa Caliente. Los que no lograban encontrar un compañero generoso, tenían que comprar sus Pelusas Calientes y trabajar durante largas horas para ganarse el dinero necesario para adquirirlas.

Hubo personas que, de alguna manera, se hicieron "populares" y con eso recibieron muchas Pelusas Calientes, sin tener que volver ellas ninguna a cambio. Entonces esta gente vendía dichas Pelusas Calientes  a quienes no eran "populares" y que necesitaban de ellas para poder sobrevivir.
Otra cosa que sucedió fue que algunas personas tomaban Espinas Frías -que las había disponibles gratuitamente y en cantidad ilimitada- y las recubrían de un material blanco y esponjoso, haciéndolas pasar por Pelusas Calientes. Estas Pelusas Calientes falsificadas eran en realidad Pelusas de Plástico, y ocasionaban nuevas dificultades. Por ejemplo, dos personas se reunían e intercambiaban líbremente Pelusas de Plástico, cosa que esperaban les haría sentirse bien y contentos, pero, en vez de eso, se separaban sintiéndose muy mal. Y como pensaban que lo que habían estando intercambiando mutuamente eran Pelusas Calientes, quedaban sumamente desconcertados, sin darse cuenta de que los sentimientos fríos y espinosos que sentían eran en realidad el resultado de que les habían dado muchas Pelusas de Plástico.
Así, la situación llegó a ser muy deplorable; y todo comenzó por la llegada de la bruja, que hizo creer a la gente que algún día, cuando menos lo esperaran, podrían meter la mano en su Bolsa de Pelusas Calientes y descubrir que se les habían agotado.
No hace mucho, una mujer joven de grandes caderas nacida bajo el signo de Acuario, llegó a esta desdichada tierrra. Al parecer, ella desconocía todo cuanto se refería a la bruja mala, y no se preocupaba en lo más mínimo de que se agotaran sus Pelusas Calientes. Las repartía generosa y líbremente, aun cuando no se las pidieran. La gente la llamaba la Mujer Mundana y no la aceptaba, porque estaba comunicándoles a los niños la idea de que no deberían de preocuparse de que las Pelusas Calientes pudieran llegarles a faltar. A los niños les caía muy bien, porque se sentían muy contentos junto a ella; y así comenzaron a regalar Pelusas Calientes siempre que les venía en gana.
Las personas mayores, preocupadas, tomaron cartas en el asunto y decidieron emitir una ley para proteger a los niños contra el despilfarro de su provisión de Pelusas Calientes. La ley declaró ser una ofensa criminal repartir Pelusas Calientes con atrevimiento y precipitación y sin tener licencia para hacerlo. Sin embargo, a muchos niños no les importó nada lo sucedido y a pesar de la ley continuaron regalándose mutuamente Pelusas Calientes siempre que les venía en gana y siempre que se las pedían. Y como había muchos, muchos niños, casi tantos como personas mayores, parecía que ellos acabarían por salirse con la suya.


Hoy por hoy, es dificil decir qué es lo que sucederá. ¿Lograrán la fuerzas adultas de la ley y el orden frenar el atrevimiento y precipitación de los niños? ¿Se unirán los adultos a la Mujer Mundana y a los niños aceptando el riesgo de que siempre pueda haber tantas Pelusas Calientes cuantas sean necesarias? ¿Se acordarán de los días en que sus niños están intentando retroceder al tiempo que las Pelusas Calientes abundaban porque la gente las regalaba gratuitamente?. 





TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO

Entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a: MOUSSA AG ASSARID, 

No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo.



- ¡Qué turbante tan hermoso...!

- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté.... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.









POEMAS PARA LA PAZ

Poemas:
 Paco Damas

¿QUÉ  OTRA COSA PUEDO HACER POR 


LA PAZ?


¿QUÉ TIENE QUE VER MI DINERO CON LAS ARMAS?


TUS INVERSIONES PUEDEN FINANCIAR NEGOCIOS POCO ÉTICOS


 Cuando nuestro dinero está en el banco, las entidades financieras trabajan con él, prestándolo a terceros para, a cambio, ofrecernos una rentabilidad a través de los intereses. Cuando escojas una entidad bancaria, INFÓRMATE de a quién presta tu dinero y asegúrate de que no lo va a utilizar para financiar conflictos o destruir el medio ambiente.

v Invierte en fondos éticos o deposita tu dinero en la banca ética. ¡Mucha más gente saldrá ganando!
v Pide a las empresas que sean éticas: ¡Qué tengan en cuenta a las personas y al medio ambiente!
v Opta por la economía social: cooperativas, fundaciones o empresas de inserción social.
v Busca alternativas. ¡Hay muchas más de las que te imaginas!