El lenguaje de la publicidad
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El lenguaje publicitario se caracteriza por
perseguir la persuasión y la seducción como anzuelos para vender un producto, aunque la información
que pueda darse sobre éste sea escamoteada o
adulterada. No es de extrañar que,
con este fin, se sirva de la comunicación no verbal como gancho para
nuestros sentidos a menudo a través de mensajes de los que no somos
conscientes pero que influyen
en nuestra conducta, nuestros valores, nuestra actitud hacia determinado
producto, etc.
La elección de los actores o
actrices de cada anuncio (con un determinado aspecto físico, edad, color de
piel, etc.), los espacios en que aparecen, los gestos que realizan y el tono de voz que emplean no es, nunca,
inocente. Aprendamos a desmontar críticamente cada uno de sus lenguajes y no bajemos nunca
la guardia.
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“No se nace mujer, se llega a serlo” son palabras de Simone De Beauvoir en El segundo sexo, una de las obras más importantes del siglo XX y uno de los pilares del feminismo. Publicado en 1949, este texto es un comprometido análisis acerca del papel de la mujer en la sociedad, donde se revela el modo en cómo se construye el rol y la figura de la mujer. Pero también un texto que propone la liberación de la mujer mediante la reconquista de su específica identidad desde sus propios criterios.