RENACIMIENTO. CONTEXTO Y CARACTERÍSTICAS
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Durante el siglo XVI se
desarrolla un movimiento cultural y artístico que supone una nueva concepción
del mundo y del hombre: el
Renacimiento. Con la literatura renacentista se inicia en España el
período conocido como Siglos de Oro (XVI y XVII).
Las transformaciones del siglo XVI
El siglo
XVI es una época de profundas transformaciones políticas, sociales y
culturales. Por una parte, se consolidan las monarquías europeas, que dan
origen a los Estados nacionales. Por otra, la burguesía continúa adquiriendo
una importancia creciente con el desarrollo de la vida urbana y el incremento
del comercio.
En 1492 la España cristiana se unifica
tras la toma de Granada por los Reyes Católicos que expulsaron a los judíos y
crearon el tribunal de la Inquisición. La Inquisición española tenía
jurisdicción y poderes propios y era independiente de Roma. La expulsión de
los judíos fue perjudicial económica y culturalmente.
—Los judíos convertidos al catolicismo
se denominaban conversos. Siguieron conservando sus costumbres; por ello
fueron frecuentemente denunciados y objeto de alusiones jocosas en la
literatura. Algunos conversos fueron muy respetados y ocuparon puestos
relevantes en la sociedad.
—Los descendientes de los conversos,
muy numerosos, fueron llamados cristianos
nuevos. Pocas familias carecían de antecedentes judíos o conversos.
Importantes escritores como Luis Vives, Santa Teresa o fray Luis de León
compartieron esta condición.
—Se descubre América y se trae oro del
Nuevo Mundo.
En el siglo
XVI, España se convirtió en la primera potencia europea. Carlos I
(1516-1556) y Felipe II (1556-1598) reinaron sobre un vasto imperio que se
extendía por Europa y la recién descubierta América.
La mentalidad renacentista
Mientras en la Edad Media se consideraba que
Dios era el centro del universo (Teocentrismo) y se concebía la existencia
terrena como el camino para conquistar la vida eterna, en el Renacimiento se
sitúa al hombre en el centro del mundo (Antropocentrismo),
al que se considera, con una actitud vitalista, un lugar de goce, digno de
ser vivido. El ser humano es capaz de inventar cosas, de disfrutar de la
vida, es consciente de su propia valía y de su inteligencia.
Humanismo y erasmismo: Durante el Renacimiento triunfa el humanismo, movimiento cultural iniciado ya en el siglo XV que considera al ser humano como la medida de todas las cosas y que recupera el antiguo pensamiento de Grecia y Roma. Se busca una nueva escala de valores para el individuo, se antepone la razón al sentimiento y prevalece el equilibrio, la mesura y la armonía. El humanismo comienza en Italia durante el siglo XIV. El humanista más influyente del siglo XVI fue el holandés Erasmo de Rotterdam (1469-1536), que contribuyó a la difusión de los clásicos y propugnó una espiritualidad cristiana interiorizada. Sus obras, entre las que destaca el Elogio de la locura, suscitaron gran interés en España, donde se creó un influyente núcleo erasmista durante el reinado de Carlos I, que será perseguido en época de Felipe II. Erasmo de Rotterdam fue uno de los autores más influyentes con sus propuestas de vuelta al cristianismo de los Evangelios, de tolerancia hacia otras religiones y de una religiosidad interior auténtica y no formal.
El estudio de la Antigüedad (Grecia y
Roma) se hizo con actitud crítica, y surgió la idea de progreso: los modernos
superan a los antiguos. Este espíritu crítico supuso el origen de la ciencia
moderna, de la mano de Galileo y Bacon. La nueva valoración del hombre implica
también una reforma de la espiritualidad.
La
nueva ideología trae como consecuencia que surja, dentro de la Iglesia
Católica, una postura crítica que desembocará en la Reforma protestante de Lutero y Calvino. En el Concilio de Trento
se refutan las doctrinas protestantes y comienza la Contrarreforma, que España encabeza. Este liderazgo español trae
consecuencias negativas para nuestra cultura y el bienestar del país, puesto
que:
—Se cierran las fronteras con Europa, para
que no penetren las ideas luteranas, pero también se cierran para la cultura,
la ciencia…
—Comienzan las
guerras de religión en los Países Bajos, con las consiguientes pérdidas
económicas y de vidas humanas.
El neoplatonismo: inspirándose en las
ideas del pensador griego Platón, se busca descubrir la belleza oculta en la
naturaleza. Esto supone una idealización,
tanto del paisaje como del ser humano, porque la contemplación de la belleza
oculta en ellos produce la elevación del espíritu. Surge un nuevo ideal de
belleza que describe el mundo (la naturaleza, la mujer, el amor) no como es,
sino como debería ser.
Esta nueva
mentalidad produce un cambio en la concepción del modelo de hombre. Se pasa
del caballero, prototipo del hombre medieval, al cortesano, hábil como poeta
y como guerrero. Este nuevo modelo de persona es el «cortesano», descrito por el humanista italiano Baltasar de
Castiglione. En nuestro país, Garcilaso de la Vega representa perfectamente
este nuevo ideal del hombre renacentista.
Influencias y renovaciones en la literatura española renacentista
La literatura española recibió durante el
Renacimiento la influencia de la literatura italiana y de la literatura
clásica grecolatina (imitación de sus formas artísticas), y experimentó
una renovación en los temas, en las formas y en el estilo.
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GÉNEROS Y CORRIENTES |
En la literatura renacentista española se
pueden identificar dos tendencias
contrapuestas:
--Por un lado, la idealización de la realidad, que se observa en la lírica
italianizante o en la novela de caballerías.
--Por
otro, el realismo crítico, que se
plasma, por ejemplo, en la prosa de pensamiento y en la novela picaresca.
La prosa
de pensamiento, vinculada a la difusión del humanismo, siente predilección
por el diálogo. También tienen un papel destacado la prosa histórica, sobre
la conquista de América, y los estudios sobre la lengua y la literatura. En
cuanto a la prosa de ficción, la novela experimentó un notable florecimiento:
se desarrollan la novela pastoril, la novela corta y la novela bizantina o de
aventuras. Pero, sobre todo, destacan dos hitos que determinan el nacimiento
de la novela moderna: la publicación a mediados del siglo XVI del Lazarillo
de Tormes, obra con la que surge la novela picaresca, y la aparición de El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, ya en
los primeros años del siglo XVII.
El
Manierismo: fue un movimiento de transición entre
Renacimiento y Barroco. El término definía a aquellos artistas que creaban
de Miguel Ángel. Se caracteriza por el rechazo de las
normas y el uso libre de las formas. Ejemplo de manierismo literario son los
sonetos correlativos de Góngora a Lope.
Cultural
y literariamente, es el periodo más floreciente de la historia de España.
La literatura española conoce un gran apogeo, desde La Celestina a Calderón de la Barca.
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