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viernes, 26 de febrero de 2016

MOVIMIENTOS LITERARIOS DE VANGUARDIA



MOVIMIENTOS LITERARIOS DE VANGUARDIA



MOVIMIENTO
CONTEXTO HISTÓRICO


Siglo XIX


Romanticismo: Víctor Hugo

Realismo. Novela realista: Flaubert

Simbolismo antirrealista: Rimbaud
      Verlaine
      Baudelaire
Comuna de Paris 1871
Naturalismo: Zola

Modernismo. Generación del 98.

Siglo XX
Modernismo. Generación del 98.
Revolución de Octubre 1905
Expresionismo 1905-1933

Cubismo 1906. Apollinaire. Generación Perdida. Vargas Llosa: “Conversaciones en la Catedral”. Julio Cortázar: “Rayuela”.

Futurismo 1909

Imaginismo 1914-1917
I Guerra Mundial 1914-18
Dadaísmo 1916

Formalismo ruso 1916
Revolución Soviética 1917
Creacionismo 8 Ultraísmo 1918. Vicente Huidobro. ULTRA: Guillermo de Torre, Borges, Gerardo Diego, Gómez de la Serna, J, R. Jiménez y Ortega.

Surrealismo 1924: Artaud, Paul Éluard. Literatura: escritura  automática.


Fascismo en Italia 1923
Generación del 27


Caída de la bolsa en 1929
Personalismo (1932) y Existencialismo Cristiano: Heidegger, Gabriel Marcel, Jaspers.


Hitlerismo en Alemania 1933

Guerra Civil en España 1936-39

II Guerra Mundial 1939-1945
Acuerdos de Yalta 1945
Existencialismo sartreano 1946: Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus. Literatura del Absurdo: Kafka, Ionesco, S. Beckett.
 Letrismo. Concretismo.


Plan Marshall 1948
Generación Airada 1950. Estructuralismo y Nouveau Roman. Los Beats. Fonologismo y pop.


Revolución Castrista 1959

Intervención de USA en Vietnan 1961
Posicionismo. Situacionismo 1965
Bombardeos de Vietnan Norte 1965




EL TÉRMINO VANGUARDIA
El término “avant-garde”  (vanguardia) surgió en Francia en los años del I Guerra Mundial y alude a una cierta concepción bélica de determinados movimientos literarios que en su lucha contra los prejuicios estéticos y las normas establecidas constituyeron algo así como las avanzadillas o fuerzas de choque en el campo de las literaturas, en su lucha por la conquista de una nueva expresividad.
En sentido estricto, se entiende por literatura de vanguardia aquella serie de movimientos que florecieron después de la I Guerra Mundial y fueron sucediéndose, con mayor o menor fortuna, hasta el desencadenamiento del segundo gran conflicto bélico, en 1939.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN
Las vanguardias artísticas y literarias del periodo de entreguerras son las herederas de un drama que, desde finales del XIX, enfrenta a fe y razón, lógica e instinto, inteligencia y realidad. Toda una generación de vanguardistas asiste a los preparativos  de la gran Guerra. Como denominador común de casi todos ellos será su condición de declarados “antipatriotas” y desertores que se niegan a participar en un conflicto que no reconocen como suyo.
El drama moral que enfrentaba lógica e instinto, inteligencia y realidad se ha materializado brutalmente en forma de caos. Pero el caos exige ser sumido con una mirada nueva que lo haga inteligible. De ahí el intento de todos los vanguardismos, “ismos” plásticos o literarios, de redefinir la realidad por encima de sus manifestaciones caóticas y aparentes, y de transmitir al hombre una nueva mirada con qué desentrañarla.
Los vanguardismos despuntan antes o durante  la I Gran Guerra, para llegar a su apogeo en los años inmediatamente posteriores, entran en crisis a finales de la década 1920-30 y desaparecen a lo largo de la siguiente, porque los vanguardismos se han visto obligados a tomar partido en el nuevo gran enfrentamiento histórico que se avecinaba. Ya no podrán no reconocer el conflicto como suyo, porque ahora ya no se enfrentaban los nacionalismos, sino auténticas concepciones del hombre y de la historia. Ello supone fin de los sueños de reordenación de la realidad por parte de los vanguardistas. Los movimientos han ido desintegrándose ante la intuición de la nueva “massacre”: desaparecen los futuristas rusos, integrados en las filas de las asociaciones de escritores “proletarios”; la mayoría de los futuristas italianos dan pie a la creación de una estética fascista; los surrealistas franceses se enfrentan entre sí, dividiéndose en militantes marxistas y no militantes; los componentes de la generación española de los años 20 viven una Guerra Civil en la que hay que tomar partido.

LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA
Los vanguardismos son marcadamente europeos y preponderantemente franceses. Las letras anglosajonas tan solo cuentan con el caso del movimiento imaginista. Otros como el expresionismo alemán y el futurismo italiano eligieron Francia para convertirse en grupo y lanzar su manifiesto teórico. La mayoría de los futuros miembros de la generación española del 27 y algunos poetas latinoamericanos militaron temporalmente en las filas poéticas del creacionismo o del ultraísmo. En conexión con el futurismo está la escuela crítica del formalismo ruso.

CONCIENCIA DE GRUPO
De grupo que está realizando una revolución formal. Esto supone el mutuo reconocimiento previo de quienes manifiestan  una común sensibilidad, así como una cierta institucionalización del grupo mediante reuniones periódicas y manifiestos teóricos, lanzados a través de los órganos de expresión del grupo, revistas literarias en su mayor parte. Esto entraña, lógicamente, una tarea de elaboración teórica (no opuesta a práctica, porque los manifiestos vanguardistas deben considerarse obra vanguardista) que explicite el sentido y el alcance de la revolución formal emprendida por el grupo.

CARÁCTER DE REVOLUCIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE EXPRESIVIDAD ARTÍSTICA
Si la vanguardia propone una nueva normativa estética que sea consecuente con la misma, lógicamente los mismos principios de creatividad serán aplicables tanto a las formas musicales como a las pictóricas, a las poéticas y a las escultóricas. Existe una clara tendencia a expresarse en terrenos mixtos que requieran la colaboración de todos los artistas del grupo, sin que ello contradiga el paralelo empeño de investigar y definir lo pictórico o lo poético en su más “pura” esencia.

CONCEPTO MÁS AMPLIO DE VANGUARDIA
La literatura del siglo XX tiene sus raíces en el pensamiento del siglo anterior, como Nietzsche y Kierkegaard, tal y como reconocieron los surrealistas, en los grandes poetas malditos: Rimbaud, Lautréamont, Baudelaire y Mallarmé.
En la producción literaria del XIX, se observa un género realista, el de la novela. Correspondía la novela a las necesidades culturales de la burguesía, clase rectora de los destinos de la sociedad decimonónica. La novela es, básicamente, el instrumento artístico que la burguesía utiliza para escribir su historia y reconocerse. Cuando el retrato es demasiado crítico puede rechazarse, como Madame Bovary. Cuando la novela está destinada a las capas populares se convierte en folletín melodramático, pero no siempre será sencillo matizar la línea divisoria entre este y la novela. En ambos casos impera una misma concepción de la realidad y los tintes melodramáticos corresponden, en definitiva, a una realidad –los costos sociales de la industrialización- ciertamente melodramática.
A partir de los poetas malditos, de finales de siglo, que son quienes sentarán las bases de los futuros vanguardismos, se trunca la conexión entre autores y público lector,   entre el artista de vanguardia y su sociedad. En base a una sensibilidad en la que la sociedad burguesa ya no se reconoce, se desencadena un proceso de interrogación, búsqueda y experimentación de las formas de expresividad que no hace sino ensanchar y ahondar el abismo que separa a unos de los otros. Divorcio que continúa siendo incuestionable, pese a la existencia de grandes artistas que, excepcionalmente, han sabido tender un puente entre su sociedad y el arte de su tiempo, recreando una tradición popular sin renunciar por ello a las técnicas expresivas de la vanguardia, como Maiakovski, García Lorca y Rivera.

NUEVA SENSIBILIDAD
El siglo XIX consagra el poder político-económico de una burguesía convencida de la legitimidad histórica de sus intereses y privilegios, exalta la filosofía utilitarista y rinde culto a la Razón y a la Ciencia. Nadie pone en duda las excelencias de un progreso tecnológico y científico que nunca tendrá fin y conducirá a las poblaciones hacia estados de felicidad generalizada. Las violentas convulsiones sociales del siglo, cuando no son espontáneas revueltas contra unas condiciones de vida insoportables –que la burguesía en su “buena conciencia” consideraba como naturales-, responden a una filosofía internacionalista de mayor alcance, pero basada en último extremo en una confianza en la racionalidad y en el progreso de la historia.
Frente al sueño cientifista de su tiempo, los poetas malditos conciben la vida como misterio, y al hombre escindido entre los anhelos de una felicidad, belleza y perfección inasequibles y el descenso a los infiernos de la existencia y los de la conciencia. El arte, entonces, más que un reflejo de la realidad “exterior” debe serlo de esta otra “interior” y más profunda. Más que retrato, canto y reflexión: poema. Son muchos los elementos neorrománticos que caracterizan la obra Rimbaud, Mallarmé o Baudelaire en su pasión por la faceta oscura, perversa a veces del hombre, que el racionalismo ignoró y muchos los elementos de un cierto esnobismo bohemio y un aristocratismo espiritual en su desprecio por las conquistas tecnológicas del siglo, los imperativos de la socialización e, incluso, las reivindicaciones populares. Sin embargo, la literatura del siglo siguiente va a considerarlos como auténticos precursores, porque, en último extremo, la literatura contemporánea  no afronta básicamente otros temas que el de la oposición entre inteligencia y realidad, verdad e instinto, ciencia y vida. Y reasume, frente a todos los excesos de optimismo racionalista, el viejo tema de meditación que ya propuso Kierkegaard: el de la existencia de los hombres considerados no como abstracciones, sino como seres reales de carne y hueso,  que en expresión propia de Camus: “mueren y no son felices”.

EVOLUCIÓN
A principios del presente siglo, en pleno reparto del botín colonial, y en medio de exaltaciones nacionalistas, fricciones por la conquista de los mercados internacionales y obtención de materias primas, sueños imperiales y enfrentamientos con los crecientes movimientos sindicales de la clase obrera, existe ya un grupo de hombres de ciencia que empieza a vislumbrar facetas hasta entonces insospechadas por la ciencia de la condición humana: en 1895 Josef Breuer y Sigmund Freud publican sus estudios sobre la Histeria, primera piedra del sicoanálisis.
Las artes plásticas fueron las primeras en asumir la “verdadera” esencia de una realidad caótica en sus manifestaciones externas.
La absurdidad de los largos 4 años de la Gran Guerra va a marcar profundamente a toda una generación de escritores, que exaltarán por vez primera el antipatriotismo y la deserción –“Adiós a las Armas” de Hemingway, y “Viaje al fondo de la Noche” de Louis  F. Céline-.
Los escritores proponen: la fe está rota, la personalidad del h. disuelta, urge redescubrir la totalidad de la persona, es decir, los mundos interiores, al tiempo que se revaloriza la acción y la aventura individuales.
Los años inmediatamente posteriores a la guerra son testigos del florecimiento de la literatura de vanguardia. Integrados dentro de militancias vanguardistas o escribiendo fuera de ellas y en solitario, estos son los años en que los escritores se reconocen en los “malditos” de épocas anteriores, testimonian el drama del h. de su tiempo y se lanzan al “experimentalismo” de nuevas técnicas absolutamente necesarias para la expresión de su sensibilidad y pensamiento.
Antes de la caída de la bolsa en 1929 los –“ismos” ya habían iniciado un proceso de descomposición.
La 2ª Posguerra es testigo de un resurgimiento de la literatura de la desesperación y el absurdo –“La Peste” de Camus-.
Rimbaud, Lautréamont, Baudelaire rompen con el esquema tradicional del poema.
En los vanguardismos se otorga a la palabra una entidad real, es decir, no es menos real que otros aspectos de la realidad. El arte es un experimento en el que el h. desempeña el papel de mago.
Contemporáneos a los vanguardismos y sin militar en las filas de dichos movimientos existen otros que transforman la literatura y la lengua de sus respectivos países:
     1918: “A la búsqueda del tiempo perdido” de Marcel Proust.
     1922: “Ulises” de James Joyce.
      1925: “El proceso” de Franz Kafka.
     Años de la generación española del 20 y los poetas latinoamericanos: César Vallejo, Pablo Neruda, Vicente Huidobro creacionismo. Fernando Pessoa.

Para el vanguardista, la forma no es un fin en sí misma, sino que está en función de las transformaciones de la experiencia, de ahí la necesidad de la experimentación formal y de ahí su fugacidad.
La reacción es uno de los mecanismos motrices de la vanguardia.
Después de unos 30 años, desde “Ubu Rey” priva la resolución: compaginar los principios de vanguardia artística con los de vanguardia revolucionaria, a partir de la toma de postura política de la mayoría de vanguardistas y se ven obligados a defender sus principios estéticos de los ataques realizados en nombre de una revolución con la que se identifican.
Excepciones a esta situación son quienes han abrazado un ideario político antimarxista –futuristas italianos- o quienes se mantienen en una postura vanguardista “más allá” de las urgencias históricas y políticas -Artaud y algunos surrealistas-.   

Naturalismo burgués                               oposición               Experimentalismo vanguardista

                                                       Objetivismo marxista

Realismo socialista                                                                     Objetivismo vanguardista

El naturalismo burgués alzará la bandera del “clasicismo” y acusará de “decadentismo” a las vanguardias y de situarse en un terreno de agitación no propiamente literario a la literatura crítica realista.
La estética marxista se define como “objetiva” y acusando de alienación subjetiva al naturalismo burgués y a los vanguardismos.
La experimentación vanguardista será tachada por unos de perversión decadente y subversiva, y por otros de subjetivismo al mismo nivel del idealismo capitalista e irracionalismo burgués.
No todos los vanguardismos han tenido las mismas preocupaciones prioritarias, idéntico alcance y ni tan siquiera han pretendido situarse en el terreno de la creación artística propiamente dicha.

COMÚN A TODAS LAS VANGUARDIAS
     Oposición a las estéticas naturalistas.
     Arte divorciado del gran público.
     Arte condenado a la fugacidad.
     Arte en perpetuo cuestionamiento sobre sí mismo.
     Experimentación de nuevas formas de expresividad.
     Subjetividad creadora.
     Captan por anticipado el espíritu de los tiempos.
     Rompen de antemano con los corsés que imposibilitan su expresión.
Frente a los lugares comunes y al universo cerrado e inamovible de los naturalismos, los vanguardismos han constituido las avanzadillas de la sensibilidad creadora de nuestro tiempo.

EXPRESIONISMO:
Supone el 1er grado en la escala con la ruptura naturalista. 2º grado: cubismo y 3º: futurismo.
El expresionismo refleja una imagen de la realidad deformada por el artista, y reivindica la presencia de  la subjetividad creadora del artista.
El expresionismo alemán no constituye una escuela definida y cerrada. Y se extiende desde 1910 hasta 1933 en que desaparece a manos del nazismo.
El expresionismo no rompe con toda la herencia cultural germánica, sino que recrea elementos medievales y barrocos, enlazando con la tradición espiritualista y trágica.
Los orígenes del expresionismo se encuentran en el pensamiento de: Nietzsche, Sören Kierkegaard, Martin Buber, y Rudold Steiner, en el drama de Henrik Ibsen y A. Strindberg, y en Dostoievsky.
Características generales:
     Nace como reacción contra el orden kaiseriano más que contra la tradición cultural alemana. Rechazo de la estética naturalista e intento de superación de la misma.
     Reconstrucción de la realidad a partir del yo del artista. Movimiento de cariz egocentrista y humanitarista.
     Concepción atormentada de la vida y el arte.
     Abarrocamiento del estilo. Experimentación formal.
     No rompe con toda la tradición alemana ni vuelve sus espaldas a  la realidad política y cultural de su país.
Abarcan sus frutos todas las artes:
Pintura: Max Beckmann, Otto Dix, George Grosz. Emil Nolde, Max Pechstein.
Influyendo en los no alemanes: Alfred Kubin, Eduard Munch, Georges Rouault, Edouard Goerg, de la Escuela de París. Jules Pascin, Amedeo Modigliani. Y Isidro Nonell, José Gutiérrez Solana, Zabaleta y el joven Picasso de España.
Música: Gustav Mahler, Arnold Schönberg, Alban Berg, Anton von Webern.
Teatro: Reinhard J. Sorge, Carl Sternheim, Ernst Toller, Georg Kaiser, Herwarth Walden, influye en: el joven Brecht, Ferdinand Bruckner.
Narración: Franz Werfel, Gottfried Benn, Max Brod, Heinrich Mann.
Poetas: Georg Trakl, Georg Heym, August Stramm, Ernst Stadler, Ludwig Rubiner; influyendo en: Rainer M. Rilke, J. R. Becker.
Expresionismo tardío:
Director de cine: Robert Wiene, Paul Leni, Paul Wegener, Arthur Robinson, Fritz Lang, Friedrich W. Murnau, Geor W. Pabst, Josef von Sternberg, Orson Welles.

     Pasión de los expresionistas por el drama musical, colaboran: pintores, escritores, directores de escena, actores…
     Preeminencia de la novela y del drama sobre la poesía. Poesía que exalta el pacifismo y la solidaridad humana ante la I Guerra Mundial y en el periodo de entreguerras sentimientos revolucionarios.
     Tema dominante: revuelta contra el orden paterno, absurdo y kaiseriano.
Evolución: 3 periodos del movimiento expresionista.
       1º: 1910 hasta 1ª Guerra Mundial.
       2º: Republica de Weimar – 1927 pos expresionismo.
       3º: 1927 (nueva objetividad) – Nazi 1933.
 El postexpresionismo de la “Nueva Objetividad” pretende volver de nuevo sus ojos a la realidad.

CUBISMO:
El cubismo pretende captar la realidad desde todos los ángulos posibles y reivindica la sabiduría del artista que no solo refleja lo que ve, sino también lo que sabe del objeto.
Es un movimiento eminentemente galo que influirá en otros países.
Caracteres generales:
     Reivindican la autonomía absoluta de la obra de arte. El poema se entiende como “objeto”, como fin en sí mismo.
     Predominio de lo que el artista sabe del objeto sobre lo que ve.
     Sentimiento de cosmopolitismo, pasión por el viaje y la aventura.
     Incorporación del elemento de humor. La literatura redescubre el juego. Los poemas son alegres, festivos y atravesados por el humor.
     Aparece el elemento antisentimentalista y prosista. Es un rechazo de las actitudes patéticas y sentimentaloides de la lírica tradicional de corte romántico.
     Los cubistas son innovadores en el descubrimiento de una lógica que asocia elementos imposibles de conectar entre sí conforme a la racionalista: el collage.
      El poema cubista oscila entre la simultaneidad de idea., percepciones y sensaciones y la disposición gráfica de las palabras. Rompe con la rima, puntuación y lo convierte en un  experimento a caballo entre el elemento literario y el visual-espacial.
     Desdoblamiento del poeta, que se interpela a sí mismo como si fuera otro lector.

Sin Apollinaire quizá no hubiera existido el cubismo literario, pero sin la asimilación cubista por parte de la “Generación perdida” posiblemente hoy Mario Vargas Llosa no hubiera escrito “Conversaciones en la Catedral” ni Julio Cortázar “Rayuela”.
Evolución:
     Arranca el cubismo de los cuadros pintados por Picasso y Braque entre 1906 y 1908. Se adhieren pronto: Juan Gris y Albert Gleizer.
Poetas pertenecientes al grupo: Apollinaire, André Salmon, Marie Laurencin, Maurice Raynal, Max Jacob, los hermanos Leo y Gertrude Stein, Blaise Cendrars.
     Los primeros años de la I Guerra Mundial suponen un paréntesis obligado a las actividades del movimiento cubista, que renacen en 1917  e inicia su periodo de mayor esplendor.
Publican: Apollinaire, Jacob, Cendrars, Breton…
Amédée Ozenfant, Pierre Jeanneret, Pierre Reverdy, Paul Raynal, Paul Morand, Paul Éluard, Valéry Larbaud, Benjamin Péret, René Crevel, Antonin Artaud, Robert Desnos, Jean Cocteau.
     Coincide este periodo con el de una catalización de los escritores estadounidenses entorno a la personalidad de Gertrude Stein, que actuó como “vaso comunicante” entre  el cubismo francés y sus compatriotas: Ernest Hemingway, John Dos Passos, Sherwood Anderson y menos en: Francis Scott Fitz-gerald y Ezra Pound.
     El cubismo literario muere de muerte natural y absorbido en parte por el Dadaísmo y sobre todo por el Surrealismo.

FUTURISMO:
El futurismo intenta reflejar el movimiento de la realidad o la realidad hecha movimiento. Pretende expresar la simultaneidad de sensaciones y de ideas a través del movimiento del objeto.
El futurismo puede reducirse a su fundador: Filippo Tommaso Marinetti. Filosofía social consumista.
Caracteres generales:
     Pretenden mostrar la realidad en pleno movimiento. Los de la vertiente plástica: Carlo Carrà, Luigi Russolo, Giacomo Balla, Gino Severini y Umberto Boccioni.
     Tema central: adoración a la máquina, la velocidad y la máquina futurista. No son reales y son más bien un fetiche literario.
     Exaltación de la intuición y del sensualismo latino frente a la inteligencia. Reivindica el valor y la audacia. Primacía de lo viril frente a lo femenino. Exaltación de la energía y la acción. Revalorización del nacionalismo, patriotismo, militarismo y la guerra.
     Se propone la destrucción total de la sintaxis y la puntuación. La frase futurista: pura sucesión de “palabras en libertad”. Supresión del “yo” en el poema. Desaparición del adjetivo y el adverbio.
     El futurismo es el primer movimiento que afirma los límites de la literatura e intenta recuperar un punto de conexión con la vida. Así  eligieron el compromiso fascista.
Evolución:
El canto al nuevo h. producto de la nueva civilización industrial tiene sus precedentes. También el vitalismo, sensualismo e irracionalismo “latinos” son herederos de D’ Annunzio.
El futurismo literario se reduce a la actividad de Marinetti y sus hombres. De ahí que los adheridos al movimiento (Corrado Govoni, Paolo Buzzi, Francesco Cangiullo y Luciano Fogore) hayan pasado a la historia más como comparsas que como escritores de interés. Pero las verdaderas personalidades creadoras fueron abandonando la escuela:  Soffici, Papini, Carrà y Severini.
El futurismo interpreta la modernidad en su vertiente imperialista, nacionalista y militarista.
Marinetti se aferra a sus posiciones en 1919 funda la agrupación prefascista de los ARDITI y se entrega a la política.
En 1919 se inicia el experimentalismo del “teatro sintético” futurista, sucesión de rapidísimos cuadros. Se experimenta el “teatro aéreo”.
El fascismo acaba con el movimiento.

FUTURISMO RUSO:
La gestación del futurismo ruso nada o muy poco debe a Marinetti, pero sus principios estéticos son similares.
De entre todas las corrientes de la vanguardia rusa  destaca la futurista, cuyos principales representantes: Klebnikov, Maiakovski, Burluke y Kruchenik.
La modernidad  del futurismo ruso se identificará con los ideales revolucionarios, pero el sueño de una alianza entre las vanguardias artísticas y las revolucionarias se rompe muy pronto.

FUTURISMO PORTUGAL Y BRASIL:
La expresión del vanguardismo portugués es pionero de toda la península (1910). Recibe fundamentalmente el impacto futurista de los italianos. 
Cuenta con: Adolfo Casais Monteiro, Mário de Sá.Carneiro, Santa Rita y Fernando Pessoa.
Ronald de Carvalho fue el introductor del vanguardismo en Brasil, en donde encuentra un clima propicio para el florecimiento de todos los experimentalismos vanguardistas y da nombres como: Mário de Andrade, Manoel Baudeira, Murilo Mendes o Celia Meireles; un músico: Heitor Villa-lobos, o el arquitecto: Oscar Niemeyer, el creador de Brasilia.
Compromiso del futurismo brasileño con el nacionalismo, teñido de filofascismo, del Estaido Novo.

LAS VANGUARDIAS DEL VANGUARDISMO:
DADAÍSMO:
Dadá declara la inutilidad de la literatura en general  y de la búsqueda experimentalista en particular: si la obra es un objeto autónomo y el lenguaje un fin en sí mismo –un metalenguaje-, forzosamente la literatura llega a su punto culminante en el balbuceo.
Tristan Tzara insistía en que dadá no era “una escuela literaria  o artística”, sino “una fórmula de vivir”.
Caracteres generales:
     Dadá no se declara literario o artístico, sino punto final de una evolución que sitúa al arte en el callejón sin salida del absurdo.
Dadá es una radical ruptura con todo el pasado, incluyendo las mismas vanguardias anteriores.
     Este vitalismo dadaísta pasa por la reivindicación del nihilismo, de la duda sistemática, de la locura, de la burla, del humor sangriento, de la gratuidad y del exhibicionismo, del terrorismo cultural.
     En las artes plásticas se traduce en una búsqueda de lo fantástico, en la desacralización de la pintura, la reivindicación de los objetos prefabricados fuera de su contexto utilitario y de los materiales más cotidianos y prosaicos. Pintores: Francis Picabia, Marcel Duchamp, Kurt Schwitters.
     El dadaísmo literario se traduce en la actividad panfletaria y en la celebración de  escandalosos festivales. Se trata de auténticos antiespectáculos en los que los dadaístas se exhibieron a sí mismos en las actitudes más provocadoras.
     Dadá  encerraba en su seno su propia   muerte. Si quería ser coherente no podía “crear” y su euforia iconoclasta no podía durar eternamente.
Evolución:
El dadá surge simultáneamente en Suiza y en U.S.A. , como expresión de una serie de desertores morales de la I Guerra Mundial.
El grupo suizo nace en Zurich, en el cabaret Voltaire y está constituido por Tzara, Richard Huelsenbeck y Hugo Ball, escritores. Pintores: Hans Arp y Marcel Janco.
El grupo estadounidense: Man Ray, M.Duchamp y Picabia. Max Ernst difunde el dadá en Alemania. El dadaísmo alemán adquiere personalidad propia.
En Francia los directores de “Littérature” Breton, Aragon y Soupault invitaron a Tzara. También aparecen: Ungaretti y Jacques Prévert.
Con Picabia por su lado y los fieles a Tzara por otro y la escisión surrealista de los agrupados en “litterature” que se independizan definitivamente en marzo de 1922, el dadaísmo puede darse por liquidado.

SURREALISMO:
Dadá destruyó sin realizar. Surrealismo: realizó arte, sin destruirlo.

El surrealismo se limitó a establecer con el dadá unas relaciones pasionales y más bien breves.
El surrealismo pretende desentrañar el sentido último de la realidad y de una realidad más “amplia” o “superior” hasta entonces desdeñada, quiere desvelar el funcionamiento real del pensamiento, con “ausencia de toda vigilancia ejercida por la razón” y al margen de toda preocupación estética o moral.

Caracteres generales:

     Reivindicación del subconsciente y del sueño, a los que se otorgan una entidad de igual o mayor importancia que a los estados de vigilia.
     En la pintura: radical oposición al abstraccionismo, y experimentación de lo fantástico y simbólico.
     En la literatura surrealista esta búsqueda se traduce en el descubrimiento de la escritura automática: “Escribid rápidamente, sin tema preconcebido, lo bastante rápido para no sentir la tentación de releer… la frase vendrá por sí sola porque solo pide que se la deje exteriorizarse”.
     Este estado de trance entre la vigilia y el sueño no solo se aplica al momento de producir “arte”, sino en cada momento de la vida.
     También utiliza la crueldad y el humor –cargado de presagios y connotaciones “humor negro”-.
     A partir del descubrimiento de Marx, Lenin y Trotsky, el surrealismo creerá en la posibilidad de un maridaje entre le revolución social marxista y la mental surrealista. Esta tesis solo será en parte compartida por los comunistas checos y por Trotsky.
Evolución:
     Breton, junto con Aragon y Soupault, funda “Littérature”. Es la etapa de deslumbramiento dadaísta: 1920-1922.
     Entre 1922-1925: fase investigativa de los nuevos principios. En 1924 1er manifiesto. El grupo cuenta con: Baron, Artaud, Boiffard, Carrive, Crével, Deteil, Desnos, Ernst, Picon, Éluard, Limbour, Masson, Malkine, Morisee, Naville, Noll, Péret, Unik.
     En 1925 se inicia el proceso de ampliación del movimiento. También se politiza el movimiento traduciéndose la actividad revolucionaria surrealista en una serie de cartas-denuncia a los dirigentes políticos y religiosos, causa de escándalo entre los comunistas ortodoxos.
El movimiento sigue fortaleciéndose con nuevos miembros: Hugnet, Char, Sadoul, Tanguy, Buñuel, Dalí y Cocteau.
     En 1939, Europa en guerra, comienza la expansión surrealista en el continente americano. Breton llega a U.S.A., son los años de mayor influencia en las letras mexicanas, argentinas y chilenas.

OTRAS VANGUARDIAS CLÁSICAS:
IMAGINISMO:
Imaginismo ruso: nace como reacción “formalista” al movimiento futurista acaudillado por Maiakovsky.
El imaginismo de Alexandre Kusikov, Anatad Marienjov y sobre todo de Sergej Esenin reivindica el cultivo de la forma y la autonomía del poema.
Tras el triunfo de la Revolución soviética, el movimiento abraza la causa del pueblo, pero su izquierdismo le distancia pronto de la línea política leninista. Y su movimiento será calificado oficialmente de “peligrosa enfermedad política”.

Escuela rusa formalista: nacida en Moscú y Leningrado, en 1916, con fuertes conexiones con el futurismo. Es la 1ª en hablar, en crítica literaria, de la obra entendida como sistema funcional. Sus postulados serán desarrollados más tarde por el Circulo Lingüístico de Praga, base a su vez del estructuralismo lingüístico.

Imaginismo angloamericano: surge en 1914 y desaparece en 1917.
Se le ha considerado como la definitiva ruptura con la literatura clasicista victoriana, aunque de hecho existen otras importantes corrientes de reacción, tal y como la decadentista (V. Beardsley, Oscar Wilde).
El grupo estaba formado por: Richard Aldington, F. S. Flint, David H. Lawrence, Ezra Pound, Hilda Doolittle, John G. Fletcher y Amy Lowell.
Los imaginistas reivindican el tema y el verso libres  y la precisión y exactitud de las imágenes.
La influencia imaginista se hace sentir en otros escritores no antoligizados: J. Joyce, William C. Williams, Aldous Huxley, Ford Madox Ford y Thomas S. Eliot.

VANGUARDISMO EN CATALUÑA:
La aparición del vanguardismo catalán está ligado a nombres como: Joan Salvat-Papasseit, Joaquín Folguera, Josep Mª Junoy, Lluís Montanyà, Sebastià Sànchez-Juan, Guillem Díaz-Plaja, J. M. de Sucre, Tomás Garcés, Dalí, Joan Brossa, J. V. Foix, Sebastià Gasch, Josep Dalmau.
En un principio el vanguardismo catalán acusa fundamentalmente la influencia del futurismo italiano, pero teñido, con Salvat-Papasseit, de una clara ideología obrerista.
Se cultiva también el caligrama conforme a los cánones cubistas.
El catalán reacciona contra el antinoucentismo, que es la opción cultural elegida por la sociedad catalana.
Tal sensibilidad vanguardista o bien cedió en sus postulados estéticos o se ocultó en la marginación de la posguerra.

CREACIONISMO, ULTRAÍSMO, GENERACIÓN 27:
El poeta chileno Vicente Hiudobro pretendió lanzar el creacionismo. El poema, para él, no debe imitar o reflejar la Naturaleza, sino que debe tener el poder creador de la Naturaleza.
El círculo creacionista pasó pronto a engrosar las filas del ultraísmo.

Pionero del vanguardismo español es Ramón Gómez de la Serna, que con Juan Ramón Jiménez, Ortega, Rafael Cansinos-Assens, lanza en 1918 un manifiesto titulado: “ULTRA” que dará nombre al vanguardismo español: ULTRAÍSMO.  El alma del movimiento era Guillermo de Torre. Contaba además con: Jorge Luis Borges, Eugenio Montes, Gerardo Diego, A. Cubero, Ernesto Giménez Caballero, Rivas Panedas, Pedro Garfias, Mauricio Bacarisse, Juan Larrea.
Los postulados del ultraísmo eran la refundición de todas las vanguardias mundiales:
     Supresión de la rima y la puntuación.
     Valor visual-tipográfico del poema.
     Permuta de sensaciones en la metáfora.
     Reacción antinovecentista, antisentimentalista y antitrágica (cultivo del humor).

El ultraísmo no produjo “monstruos” como otros movimientos europeos. Sin el ultraísmo la renovación de las letras castellanas se habría hecho más difícil y tardía. El movimiento desaparece oficalmente en 1922.

A raíz del homenaje a Góngora se empezó a hablar de la Generación del 27, que retoma la antorcha del vanguardismo, aportando nuevos elementos (influencia surrealista). Giménez Caballero y Guillermo de Torre son los fundadores de la “Gaceta Literaria”.
Entre los poetas: F. García Lorca, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Jorge Guillen, Luis Cernuda, León Felipe.
Prosistas: José Bergamín, Benjamín Jarnés, Max Aub, Rosa Chacel, Francisco Ayala, José Mª Hinojosa, César M. Arconada, J. Mª de Cossío.
Los americanos conectados directamente a esta generación: Vicente Huidobro, César Vallejo, Pablo Neruda.
A partir del proceso de politización de los años 30 se perfila claramente el grupo de corte fascista-futurista que creará una poética falangista (Giménez Caballero) o tradicionalista (Ramiro Ledesma Ramos).

VANGUARDIA EN AMÉRICA LATINA (Ultraísmo):
Puntos centrales del vanguardismo americano:
     Conexión con las literaturas europeas, especialmente con la española.
     Aportación de un elemento indígena, revalorización de lo autóctono.

Aparte de Huidobro, Jorge Luis Borges crea un 1er grupo ultraísta argentino formado por: Piñeiro, Roberto A. Ortelli, Norah Lange, Oliverio Girondo, Francisco Luis Bernárdez.

El vanguardismo chileno se tiñe muy rápidamente de un compromiso político: Pablo Neruda.

Pero donde el vanguardismo dará, en unión al cultivo de las formas poéticas y musicales indígenas, sus más famosos frutos, será en Cuba y Puerto Rico: Alejo Carpentier, José Lezama y Nicolás C. Guillén.

México no parece muy receptivo a los movimientos de vanguardia, a excepción de: Diego Rivera y Octavio Paz.


LITERATURA COMPROMETIDA:
La literatura en tanto “engagement o compromiso” encuentra sus raíces en el pensamiento personalista de corte cristiano, previo al existencialismo y al realismo crítico de la segunda posguerra.
Con su obra el escritor compromete su dignidad y su conciencia. La literatura es expresión y producto de este compromiso: no es un lenguaje autónomo, obra autosuficiente, “ensimismada”.

PERSONALISMO:
Surge como reivindicación del valor absoluto de la persona y como consecuencia de la crisis general de valores tras la I Guerra Mundial.
Bajo la influencia de Charles Pégny el personalismo subraya el compromiso histórico del cristianismo.
Con Emmanuel Mounier el personalismo destacará la inserción “colectiva y cósmica” del h. frente al individualismo del anterior personalismo.
Son personalistas: Nicolaj A. Berdajaev, Jacques Maritain, Max Scheler, Martin Buber, Karl Jaspers.
A caballo de esto y el existencialismo cristiano están: Gabriel Marcel, Paul Claudel, Ernst Wiechert, Georges Bernanos, François Mauriac, Julian Green, Daniel Rops, Simone Weil, Graham Greene.
Pero el existencialismo cristiano, que ya ha vivido el terror de la II Guerra Mundial, insistirá en el fracaso de la razón y encontrará un sentido a la libertad solo a través del silencio de Dios y la asunción de la angustia.

EXISTENCIALISMO:
Los fundamentos del pensamiento existencialista están en las publicaciones de Martin Heidegger, Gabriel Marcel y Karl Jaspers.
El pensamiento existencialista propone una meditación sobre el h. concreto. El existencialismo insistirá sobre sus “situaciones límite” y su consecuente angustia.
Con Jean Paul Sartre el movimiento se desgaja de su raíz cristiana y la “situación-límite” se eleva a carta de naturaleza.
Portavoz del pensamiento existencialista es la revista “Les temps Modernes” en la que escribían Sartre, Simone de Beauvoir y Maurice Merleau Ponty. Además está Albert Camus.
El compromiso de conciencia del existencialista exige que se plantee en cada obra un problema filosófico o moral.
Clave de la técnica existencialista es la creación de una atmósfera conforme a los cánones de la narrativa yanqui, basados a su vez en postulados cubistas.

NEORREALISMO:
Los postulados realistas nacen como expresión del “compromiso” de conciencia e historia del escritor.
Surge en Italia y España después de la Guerra.
Cine: Roberto Rosellini, Vittorio De Sica, Cesare Zavattini, Luchino Visconti, Pasolini, Federico Fellini. Supone una reación crítica frente al cartón del cine mussoliniano.
En literatura nació este movimiento como reacción a las escuelas del d`annunzianismo: Pratolini, Vittorini Ignazio Silone, P.  P.  Pasolini, Alberto Moravia y Cesare Pavese.
En España ruptura con la poética triunfalista y el manido sicologismo moralizante de un prolongada posguerra: Camilo José Cela, Rafael Sánchez Ferlosio, Miguel Delibes, Juan Goytisolo y Jesús Fernández Santos. 
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           


CONTRAOFENSIVA DE LA VANGUARDIA: EL LENGUAJE
Frente al “contenido” de la literatura existencialista y social despunta la última reacción de un vanguardismo que se define como gratuito, en el sentido de carente de contenido.
La vanguardia de la 2ª posguerra lleva hasta sus últimas consecuencias: los experimentos lingüísticos de las vanguardias clásicas.
Común denominador a todos: práctica del arte como actividad autónoma y autosuficiente.

Existe toda una corriente cultivadora del ABSURDO que nace con Kafka, florece con Eugène Ionesco y S. Beckett en la escena de la 2ª posguerra. Expresan el absurdo con un lenguaje que también lo es.
Beckett es el punto de engarce de esta experimentación lingüística con la narrativa.

A partir de 1955 se tiene conciencia de la existencia de toda una escuela, bautizada con diversos nombres: “DE LA MIRADA OBJETIVA”, “ANTINOVELA” O NOUVEAU ROMAN. Sus miembros: Maurice Blanchot, Michel Butor, Marguerite Duras, Alain Robbe-Grillet, Jean Cayrol, Nathalie Sarrante, Claude Simon, Kateb Yasine.
Si el punto de arranque literario de la escuela es Beckett, el teórico es la investigación lingüística del estructuralismo.
El arte solo puede ser neutro, el estilo invisible. La novela no puede contener historia ni personajes, ni el artista puede tener una mirada más penetrante que la de un objeto exterior. El narrador, el lector y el protagonista deben confundirse. No existe el pasado ni el futuro ni conciencia.
Del absurdo se ha llegado al vacío y al tedio, a un arte en el que nada existe, ni siquiera el lenguaje desde el momento en que este tiende a su destrucción. Es literatura autodestruida.

LA POESÍA: DE LA FONOLOGÍA A LA SEMIÓTICA:
En poesía también se ve la paradoja de negar sin renunciar a la creación.
El experimentalismo de la 2ª posguerra comienza por destruir la palabra y trabajar con las letras (fonética o espacialmente), continúa por destruir las letras para trabajar con los signos y por último con las señales.

-Entre 1945 y 1948 aparece en París la 1ª escuela letrista que afirma trabajar con las “letras”. Sus representantes son: Isidore Isou, Sarane Alexandrian.
-El letrismo elevará a categoría poética la visualización de las letras y está íntimamente relacionado con la posterior poesía tipográfica de Franz Moon, Max Bense y Diter Rot.

-Con similares presupuestos resurge el experimentalismo brasileño con el nombre de concretismo o poesía concreta que cultivan Augusto y Haroldo do Campos, Ronaldo Azevedo. Pasión por la musicalidad y la onomatopeya, lo que lo coloca a caballo del fonologismo.
-Otra rama del experimentalismo poético se centra en el estudio de los fonemas y lleva hasta sus últimas consecuencias el postulado de la poesía entendida como lenguaje dentro del lenguaje: el poeta llega a crear lenguaje e incluso alfabetos particulares, como el “languageo” de Chakbaborty.

-Otra rama, más pictórica o grafista que literaria, eleva a categoría poética el mero signo y la señal-mensaje. Parece el último recurso para revitalizar el experimentalismo literario.

-La computadora realizará igual o mejor posibles combinaciones lógico-simbólicas, como ha puesto de relieve Margaret Masterman con su programa de modelos lingüísticos o Nino Balestrini con su máquina de hacer poemas.
El cibernetismo poético ha reclamado su parentesco con las últimas vanguardias por su reivindicación del “juego”.

-El situacionismo rechaza la alienación urbana y reivindica el caos creativo a todos sus niveles y condena el orden atómico. El situacionismo nació en Italia en 1957 bajo la dirección de Michèle Bernstein, grupo inicial del que se escindió una segunda Internacional situacionista acaudillada por el sueco Jörgen Mash. Los años de apogeo del situacionismo son desde  1964 hasta 1967, especialmente en los Países Bajos, donde conecta con los movimientos contestatarios y contraculturales holandeses.

U.S.A.
La literatura anglosajona carece de la tradición racionalista-teórica-vanguardista que cuaja en las vanguardias europeas. Su punto de contacto con estas lo constituyen los rebeldes románticos: E. A. Poe, Herman Melville; o vagamente místicos: W. Whitman de U.S.A.; ingleses fantásticos: W. Blake, L. Carroll, Ch. P. Snow.
Será necesario que 85 escritores de U.S.A. fijen su residencia en Europa (1915-1930) para que la lireratura norteamericana haga suyas muchas de las técnicas de vanguardia (cubismo). Es la generación “perdida” de: J. Dos Passos, William Faulkner, F. Scott Fitzgerald, G. Stein, E. Hemingway…
A esta le sigue la de: J. D. Salinger, James Jones, Saul Bellow, Henry Miller y Norman K. Mailer.

En los años 50 surgen 2 fenómenos característicos:
     Rebelión de los jóvenes airados ingleses.
     Rebelión de los jóvenes golpeados estadounidenses.
John Osborne, Collin Wilson, Doris Lessing y Kingsley Amis fueron los 1ºs en testimoniar un radical desencanto y desconfianza ante el sistema de  vida inglesa de la posguerra.

Son mayores las novedades aportadas por la generación beat:
     Rebelión contra el modo de vida americano.
     Esta rebelión se hace vida y acción (nomadismo, vagabundeo, identificación con los marginados –raza-). La literatura se hace desde y a partir de la vida (Jack Keronac). Este vitalismo integra la agonía, el dolor y la destrucción. Hacen del sexo una bandera.
     Descubrimiento de la tradición mística anglosajona y del pensamiento Zen. Consumo de drogas (William Burroughs, Timothy Leary).
      Conexión con la cultura popular y la masa juvenil a través de la música: jazz, rock: Allen Ginsberg, Gregory Corso, Lawrence Ferlinghetti, Ed Sanders, Janis Ian… Poetas entre los músicos: Bob Dylan, Paul Simon.
     El elemento vanguardista de Burroughs, McClure y Gary Snyder está en su falta de confesionalidad literaria. Retorcimiento del lenguaje, cultivo de la paradoja y necesidad de creación de otros lenguajes.

Muchas veces autores que se mantienen fuera de movimientos hacen la obra más perfecta: John Updike, Bernard Malamud.