Tópicos literarios
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Los
tópicos o lugares comunes son
esquemas del pensamiento y de la expresión ya prefijados, muchos de ellos
procedentes de la literatura antigua greco-latina que, al igual que las
figuras retóricas, todavía perduran en la literatura contemporánea. Al margen
de muchas figuras retóricas que por su excesivo uso y reiteración se han
convertido en elementos tópicos (figuras lexicalizadas: los cabellos rubios
de la amada comparados con los rayos del sol, los dientes como perlas, la
piel blanca como el mármol, etc.) y de las frases hechas, lexicalizadas, aquí
únicamente nos referiremos a los principales temas:
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Fugacidad de la
vida (Tempus irreparabile fugit).
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Es uno de los más antiguos
de la literatura universal.
a) Estoicismo: reflexión sobre la brevedad de la vida y
lo absurdo de pretender riquezas o poder, ya que la muerte llega de
improviso. La moral estoica concede a la razón una autonomía y un poder casi
divinos: es el único medio para afrontar con éxito las adversidades,
renunciando a lo material y a lo sensitivo. El estoicismo clásico es
fatalista y, en el fondo, panteísta y negador de la inmortalidad del alma. El
estoicismo cristiano, doctrina moral surgida entre los humanistas, pretende
aunar el rigor del estoicismo clásico con las exigencias del dogma cristiano,
también llamado neoestoicismo.
Séneca,
De providentia, II.
"Nada
malo puede pasar a un hombre bueno: no se mezclan las cosas contrarias, ni la
naturaleza consiente que en ningún tiempo lo bueno dañe a lo bueno; pues
entre los hombres buenos y los dioses hay amistad, cuyo enlace es la virtud
(...). Lo que importa no es cuánto sufres, sino cómo lo sufres (...). A
medida que el razonamiento avence te demostraré cómo no son males aquellos
que lo parecen. Dígote que éstas que tú llamas asperezas, adversidades,
abominaciones, son provechosas, primeramente al que las sufre, luego, a la
universidad de los hombres."
b) Epicureísmo: ante la brevedad de la
vida, se exhorta a gozar de los placeres de la vida mientras ésta dure.
Muestra un punto de vista alegre y jocoso, desenfadado; a veces contiene una
reflexión ligeramente angustiada en la que se nos anima al goce porque pronto
vendrá la destrucción. Ofrece, además, otros matices más o menos admonitorios
y reflexivos. En poesía, la primera visión del tema suele aparecer como carpe
diem (de Horacio) -"aprovecha el tiempo" -y el collige,
virgo, rosas (de
Ausonio) -incitación a la brevedad de
la belleza de una doncella-.
Horacio,
Odas (I, 5)
No investigues, pues no es lícito, Leucónoe, el fin que ni a mí / ni
a ti los dioses destinen; a cálculos babilonios / no te entregues. ¡Vale más
sufrir lo que haya de ser! / Te otorgue Júpiter varios inviernos o solo el de
hoy, / que destroza al mar Tirreno contra las rocas, prudente / sé, filtra el
vino y en nuestro breve vivir la esperanza / contén. Mientras hablo, el
tiempo celoso habrá ya escapado: / goza el día y no jures que otro igual
vendrá después."
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Fortuna mutabile
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Reflexión sobre los
avatares y vueltas de la fortuna, unas veces favorable, otras desfavorable;
generalmente se la representa como una rueda que va girando.
Juan
de Mena, Laberinto de Fortuna (X y LVI)
"Mas
bien acatada tu varia mudança, / por ley te goviernas, maguer discrepante, /
ca tu firmeza es non ser constante, / tu temperamento es distemperança, / tu
más cierta orden es desordenança, / es la tu regla seer muy enorme, / tu
conformidat es non ser confforme, / tú desesperas a toda sperança."
"Bolviendo los ojos a do me mandava, / vi más adentro muy grandes tres
ruedas: / las dos eran firmes, inmotas y quedas, / mas la de en medio boltar
non çesava; / e vi que debaxo de todas estava / caída por tierra giente
infinita, / que avía en la fruente cada qual escripta / el nombre e la suerte
por donde passava."
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Ubi sunt...?
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Reflexión sobre todos
aquellos que han muerto, qué se ha hecho de ellos, de sus casas, sus fiestas,
sus ilusiones, su poder,...
Jorge
Manrique, Coplas por la muerte de su
padre, XVII.
"¿Qué
se hizieron las damas, / sus tocados e vestidos /sus olores? / ¿Qué se
hizieron las llamas / de los fuegos encendidos / d'amadores? / ¿Qué se hizo
aquel trovar, / las músicas acordadas / que tañían? / ¿Qué se hizo aquel
dançar, / aquellas ropas chapadas / que traían."
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Muerte
igualatoria
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Reflexión sobre la
desigualdad de la fortuna entre los hombres y el envanecimiento de éstos
cuando sabemos que al final la muerte nos llegará a todos, igualándonos.
Danza de la muerte ("La
llamada de la muerte")
"A
la danza mortal venid los nacidos / que en el mundo sois, de cualquier
estado; / el que no quisiere, a fuerza y amidos / hacerle he venir muy toste
priado. / Pues que ya el fraile os ha predicado / que todos vayáis a hacer
penitencia, / el que no quisiere poner diligencia / por mí no puede ser más
esperado (...)"
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Cualquier tiempo
pasado fue mejor
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Añoranza de un pasado que,
engañosamente, es visto como un tiempo, si no perfecto (la clásica Edad de
oro), sí libre de los males del presente.
Cervantes, Don
Quijote de la Mancha,
I, 11.
"!Dichosa
edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron el nombre de
dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro
tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino
porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era
necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la
mano (...). No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la
verdad y llaneza. La justicia estaba en sus propios términos, sin que la
osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la
menoscaban, turban y persiguen."
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Vanitas vanitatum
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De origen bíblico también.
El hombre sólo se mueve por vanidad y no se da cuenta de que nada puede hacer
por resolver el gran enigma de la creación. A veces el hombre olvida su
condición de mortal y se quiere igualar a Dios.
Eclesiastés
"Vanidad
de vanidades, dijo el Cohelet, vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué
provecho saca el hombre de todo cuanto se afana debajo del sol?
Pasa
una generación y viene otra, pero la tierra es siempre la misma. Sale el sol,
pónese el sol, y corre con el afán de llegar a su lugar, de donde vuelve a
nacer. Tira el viento al mediodía, gira el norte y va siempre rodeado de
continuo y torna de nuevo sus giros. Los ríos van todos a la mar y la mar no
se llena; allá de donde vinieron tornan de nuevo, para volver a correr."
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Locus amoenus
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Lugar idílico donde se
desarrolla una acción bella; generalmente se trata de un verde prado en
primavera, de aguas dulces y claras, con pajarillos, etc.
Garcilaso
de la Vega, Égloga III, 8
"Cerca
del Tajo, en soledad amena, / de verdes sauces hay una espesura / toda de
hiedra revestida y llena, / que por el tronco va hasta la altura / y así la
teje arriba y encadena / que el sol no halla paso a la verdura; / el agua
baña el prado con sonido, / alegrando la vista y el oído."
En ciertas ocasiones, sin embargo, aparece el tema
llamado "Late anguis in herba" de origen virgiliano. Es un
aviso para los confiados: el peligro, el mal, pueden aparecer en cualquier
parte, preferentemente en los lugares aparentemente bellos.
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Beatus ille
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Feliz aquel que logra
aislarse de la vanidad humana y vive en contacto con la naturaleza, lejos de
la ciudad, sin preocupaciones mundanas, intrigas ni pasiones.
El tópico se extiende hacia otras dos versiones:
"menosprecio de corte y alabanza de aldea" y la "aurea mediocritas" -elogio de la vida sobria, discreta y sin
pretensiones-.
Horacio,
Épodos, II
Feliz
aquel que, sin negocio alguno, / como los hombres de antaño / los campos
paternos con su yunta labra / libre de usura, al que nunca / despierta en las
filas clarín truculento, / quien no teme al mar airado / y el foro rehuye y
umbrales soberbios / de ciudadanos ricos, / (...)
Fray
Luis de León, Canción a la vida
solitaria
¡Qué
descansada vida / la del que huye del mundanal rüido, / y sigue la escondida
/ senda, por donde han ido / los pocos sabios que en el mundo han sido! / Que
no le enturbia el pecho / de los soberbios grandes el estado / ni el dorado
techo / se admira, fabricado / del sabio moro, en jaspes sustentado (...)
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Captatio
benevolentiae
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El autor, poeta, pide al
público que sea benevolente con él y con su obra, pues a pesar de sus
imperfecciones ha trabajado con buena voluntad.
Cervantes,
Don Quijote de la Mancha, I,
prólogo.
"Desocupado
lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo
del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que
pudiera imaginarse. Pero, no he podido yo contravenir al orden de naturaleza;
que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podrá engendrar el
estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco,
avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de
otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda
incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su
habitación?"
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Invocación a las
Musas
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El poeta busca la ayuda de
las diosas protectoras de las artes; es frecuente que antes de empezar un
canto el poeta se dirija a ellas para que le favorezcan.
Homero,
Ilíada (Canto I)
"Canta, ¡oh Musa! la cólera de Aquiles, hijo de Peleo; cólera
funesta, que causó tantas calamidades a los aqueos, que precipitó en los
infiernos las vigorosas almas de multitud de héroes, y que entregó sus cuerpos
a la presa de los perros y de las aves todas. De este modo se cumplía la
voluntad de Zeus, desde el día en que se separaron, después de una viva
discusión, Agamenón, rey de los hombres, y el divino Aquiles."
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La vida como un
río
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Variación del anterior.
Nuestra vida es como un río que va a dar al mar, que es la muerte.
Jorge
Manrique, Coplas por la muerte de su
padre, III.
"Nuestras
vidas son los ríos / que van a dar en la mar, / qu'es el morir; / allí van
los señoríos / derechos a se acabar / e consumir; / allí los ríos caudales, /
allí los otros medianos / e más chicos, / allegados, son iguales / los que
viven por sus manos e los ricos."
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La vida como
sueño, máscara, teatro o representación
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En la vida los hombres
soñamos o bien representamos un papel como en el teatro, pero que no es vida
verdadera, ya que nosotros somos como muñecos de trapo, "guiñol",
que alguien (Dios) mueve a su antojo y al final tenemos que dejar de
representar para morir. Algunos se "creen" el papel y se envanecen
si les ha tocado ser reyes, príncipes, etc. Este tema alude al absurdo de la
vida humana y lo grotesco de la existencia, sobre todo de los vanidosos.
Juan
Boscán
"Dulce
soñar y dulce congojarme, / cuando estaba soñando que soñaba; / dulce gozar
con lo que me engañaba, / si un poco más durara el engañarme / (...)
Durmiendo, en fin, fui bienaventurado; / y es justo en la mentira ser dichoso
/ quien siempre en la verdad fue desdichado."
Calderón
de la Barca, La vida es sueño, II, 19.
Sueña
el rico en su riqueza, / que más cuidados le ofrece; / sueña el pobre que
padece / su miseria y su pobreza; / sueña el que a medrar empieza, / sueña el
que afana y pretende, / sueña el que agravia y ofende, / y en el mundo, en
conclusión, / todos sueñan lo que son, / aunque ninguno lo entiende. / (...)
¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra,
una ficción, / y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es sueño, / y
los sueños, sueños son."
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